Historia en las calles de Villa Ortúzar ¿Quién fue Donado?

Historia en las calles de Villa Ortúzar ¿Quién fue Donado?

Rodeado de virreyes y gobernadores tempranos de nuestra patria, la calle Donado ocupa un lugar en los rincones de nuestro barrio y en la historia nacional a partir de los hechos revolucionarios de 1810. Veamos sus hitos

Donado es una calle típica de Villa Ortúzar que va en sentido norte a sur, entrando en diagonal desde Villa Urquiza y posteriormente enderezando su trazado a la altura de la Avenida Álvarez Thomas. Donado sigue su camino hacia el sur del barrio hasta llegar a la Plazoleta Dr. Roberto Koch, la cual ya hemos visitado desde este periódico y marca uno de los límites barriales con Parque Chas.

Su denominación actual es establecida en 1904 por Ordenanza Municipal, cerca de los festejos centenarios de 1910 por los cuales muchas calles de la Capital Federal fueron rebautizadas por el Estado Nacional con nombres de figuras de los sucesos de 1810. Sin embargo, antes de ser nombrada Donado la calle tuvo otras denominaciones, que dentro de lo que es Villa Ortúzar fueron: Roma hasta 1895 y Machain entre 1895 y 1904, cuando su trazado solo llegaba hasta Álvarez Thomas.

¿Cuál es la historia de Donado?

Agustín José Donado nació en 1767 en Buenos Aires. Proveniente de una familia modesta, su rápido ingreso a la administración del Virreinato del Río de la Plata le permitió entender el funcionamiento de la estructura colonial, así como la injusta situación de los pueblos americanos. En años de su juventud, trabajó en la Gobernación de las Misiones Guaraníes en el actual litoral argentino. Allí fue testigo de la desigualdad y la opresión de la sociedad virreinal, marcando a fuego su destino en la emancipación nacional.

Agustín José Donado

De vuelta en Buenos Aires, Donado comenzó a vincularse con distintas figuras que compartían ideas revolucionarias similares a las suyas, como Manuel Belgrano y Juan José Castelli. Si bien Donado no tuvo estudios como otros protagonistas que eran abogados o notarios, su experiencia en la administración virreinal le permitió tener apoyo para una empresa que terminó siendo estratégica y fundamental para la revolución: la concesión de la Real Imprenta de los Niños Expósitos. Queda en el tintero averiguar si logró la concesión con dinero propio o de terceros que apoyaron la causa revolucionaria y ya tenían claro el activo del que se hicieron.

Lo cierto es que a partir de la única imprenta que había en Buenos Aires Donado se convirtió en un importante agente en la difusión de las ideas independentistas. A través de ella se hizo cargo de la impresión del Correo de Comercio en enero de 1810, autorizado por el Virrey Cisneros pero sobre todo impulsado por Manuel Belgrano, siendo el primer periódico nacido por iniciativa criolla y que en momentos de rebelión permitió profundizar la conciencia emancipadora.

Primer periódico que representaba el pensamiento de la Revolución de Mayo

La imprenta de Donado se encargó luego de la impresión de diarios tan importantes para la continuidad de la revolución como la Gaceta de Buenos Ayres de Mariano Moreno, Mártir o libre, tal vez una de las publicaciones más radicales entre 1812 y 1815 de Bernardo de Monteagudo, y El grito del Sud de Francisco José Planes. Incluso Donado utilizó la imprenta para confeccionar las invitaciones al Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810, siendo fundamental la selección de los vecinos invitados para agitar aún más la causa independentista a días de la Revolución de Mayo.

Invitación a Cabildo Abierto del 22 de Mayo de 1810

No obstante, las impresiones de Donado no se tejieron por mera voluntad personal. Su participación en la «Sociedad Patriótica» creada en 1811 por el hermano de Mariano Moreno, Manuel Moreno, con la participación de figuras como Monteagudo, Hipólito Vieytes, Julián Álvarez, Nicolás Rodríguez Peña entre otros, fue fundamental para la organización del gobierno revolucionario y la elección de la línea editorial de las distintas publicaciones.

Este rol tan importante le trajo distintas consecuencias a Donado. La lucha entre morenistas y saavedristas, y la posterior imposición de los segundos en abril de 1811, llevó a que Donado sea confinado a la remota San Luis con una exigua mensualidad como castigo por su complot contra la tendencia conservadora de la Junta Grande. Sin embargo, la pronta caída de la Junta por la derrota militar contra los realistas en Huaqui y la consecuente formación de un nuevo gobierno en octubre de 1811, el Primer Triunvirato, le permitieron volver a Buenos Aires y a su imprenta en 1811.

Asamblea del Año XIII

El Primer Triunvirato mantuvo posturas conservadoras que llevaron a que Donado volviera a la acción y apoyase a San Martín en la sublevación del 8 de octubre de 1812, que dio origen al Segundo Triunvirato y a la Asamblea del Año XIII, apoyada por Donado a partir de las reformas que declaró en virtud del trastocamiento del orden conservador y colonial heredado del virreinato.

En este contexto, Agustín Donado fue electo en comisión por la Asamblea para confeccionar un nuevo sello para los flamantes organismos gubernamentales, entre ellos el mismo Triunvirato. Nuestro protagonista fue quien terminó de determinar los símbolos que fueron en el diseño, el cual fue encargado al cuzqueño Juan de Dios Rivera. Así nació el sello con el escudo nacional que, con leves variaciones, sigue hasta el día de hoy.

Finalmente, la historia de Donado tuvo un triste declive con la creación del Directorio y la lucha facciosa entre los distintos pretendientes al cargo supremo. Por la naturaleza de su función y su espíritu revolucionario, Donado fue culpado en 1815 de sedicioso por el Cabildo de Buenos Aires influenciado por los alvearistas conservadores, por lo cual se le embargaron sus bienes y fue recluido a San Luis. Sin embargo, Donado logró cambiar su destierro por un lugar más cercano a su familia, la Guardia de Luján.

Donado no tendría mayor protagonismo público más allá de algún cargo legislativo provincial, hasta su muerte en 1831. No obstante, su legado ya había sido impreso y hoy es recordado en una de las arterias de Villa Ortúzar.

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