A 12 años del último show de Gustavo Cerati
Fue el 15 de mayo de 2010 cuando después de dar un recital en Caracas, el gran músico argentino sufrió una descompensación que lo llevó a un estado de inconciencia irreversible, hasta su muerte.
Cerati había editado en septiembre de 2009 el disco «Fuerza Natural» y aquel show de Venezuela en el campus de la Universidad Simón Bolívar (USB), en Caracas, fue uno de los mejores de la gira de presentación que ya había mostrado en varios puntos de la Argentina, como también en Uruguay, Chile, Perú, Colombia, México y Estados Unidos. Hasta el último acorde, todo parecía estar bien. Después, vino la incertidumbre y el abismo.
La gira había comenzado en la ciudad mexicana de Monterrey en noviembre de 2009 y tenía a España como siguiente destino tras finalizar las fechas concertadas para América.
Acompañado en el escenario por la banda integrada por Richard Coleman, Anita Álvarez Toledo, Leandro Fresco, Fernando Samalea, Fernando Nalé y Gonzalo Córdoba, Cerati abrió el recital con el tema que le dio nombre a su último disco y a la gira.
«Fuerza Natural”, “Deja Vu”, “Desastre”,“Magia”, fueron los primeros temas de un concierto que no imaginaba lo que ocurrió horas después. Se lo veía bien lúcido y en movimiento en el escenario. Bromeaba con el público mientras a mitad del show, se preparaba para tocar “A merced” y luego dijo “un placer, está divina la noche, es sábado, esto sigue…”.
Luego, de casi dos horas de un recital muy emotivo, porque era el cierre de esa parte de la gira, Cerati le dijo a su público “Hasta la próxima, chau”, y abandonó el escenario sin saber que ya no habría próxima, el público, «su público», vibraba sin parar por esa despedida, que sería eterna..
Según recrea el periodista Juan Morris, en su libro “Cerati: la biografía definitiva» , Ya en el camarín, el lider de Soda, recibió a su sonidista, Adrián Taverna, y a su guitarrista, Richard Coleman. Ambos de la “vieja guardia” con quienes Gustavo tenía casi tres décadas de amistad. Tiempo más tarde, en una entrevista televisiva, Taverna reveló que lo vio pálido, que le preguntó si se sentía bien y que Gustavo le dijo que solo estaba “cansado”.
Después de ese encuentro en el camarín, todo el staff y los músicos se juntaron para hacer una foto grupal que se demoró porque faltaba Gustavo, quien apareció y se ubicó cerca de Taverna, relata Morris en su libro.
En ese momento, además de pálido, el sonidista lo notó con los ojos desorbitados. Volvió a preguntarle si se sentía bien y Gustavo balbuceó su respuesta mientras se disparaba la foto grupal. Y volvió a su camarín en un estado extraño, como de confusión.
El proceso del accidente cerebro-vascular se había iniciado y comenzó a avanzar sobre él tan avasallante como irreversible , aunque para sus compañeros, que no lo sabían, estaba “descompensado”. Lo revisaron dos médicos y al rato, cuando se despejó la zona de fans que habían ido a ver el show, lo subieron a una ambulancia que lo trasladó al Centro Médico La Trinidad.
Alrededor de las 4 de la madrugada ya del 16 de mayo, sin signos de mejoría y sin un diagnóstico concreto, lo internaron en la suite presidencial. En la mañana, Cerati recuperó la conciencia, estaba confundido y la mitad de su cuerpo no le respondía. No podía hablar y le preocupaba su costado derecho que sentía que le fallaba. Igualmente, comió. Con dificultad para maniobrar con la mano izquierda pero pudo ingerir alimentos.
A la tarde seguía sin hablar pero volvió a comer algo, aunque con algunos gestos trataba de hacerse entender. Junto con Adrián Taverna, vio la televisión desde la cama y más tarde, a la noche, llegó la cena y todo seguía igual. No mejoraba ni empeoraba.
A la mañana, Cerati hizo una suerte de crisis física mostrando gestos de dolor, apenas abría los ojos y tenía la vista perdida. Lo llevaron a hacer estudios y después de otros análisis, el diagnóstico de lo que padecía llegó como una daga en el corazón de familiares y amantes de su música: Gustavo Cerati había tenido un ACV, su cerebro se presionaba contra el cráneo producto de la inflamación y debía ser operado de urgencia.
Con 50 años de edad, Gustavo Cerati había entrado en un estado de inconciencia del que ya no pudo salir, a pesar de la cirugía y los diferentes tratamientos de estimulación que tuvo durante los cuatro años siguientes.
Ni un día de esos largos cuatro años, su mamá Lilian Clark, se separó de él, lo mismo sus hijos y familia. Los fans desfilaban por la puerta de la Clínica y se hacían cadenas de oración por su recuperación. Lamentablemente no sucedió y murió el 4 de septiembre de 2014. Nos quedó su obra, su música, su magia, su talento para disfrutar una y otra vez. Gracias totales Gustavo.