Fiesta patronal de San Roque: kermés y bendición de animales en Villa Ortúzar

La comunidad de Villa Ortúzar se prepara para vivir una jornada especial en honor a San Roque, patrono de los perros y de los enfermos, este sábado 16 de agosto desde la mañana.
La Parroquia San Roque invita a participar de las actividades centrales de su Fiesta Patronal, que cada año reúne a vecinos y visitantes para compartir tradición, fe y celebración.
San Roque es uno de los santos más venerados de la Iglesia Católica. Su figura, reproducida en numerosas capillas e iglesias, ha sido durante siglos símbolo de protección contra la peste y de cuidado hacia las personas.
En esta ocasión, la jornada contará con dos actividades: una es la bendición de animales, una tradición muy esperada por los vecinos y amantes de las mascotas que se repite dos veces al año. (Día del animal y el día del Patrono). Las ceremonias se realizarán a las 11:00 y a las 18:30, en la sede parroquial de Plaza 1180.

También, de 15 a 20, se llevará a cabo la «Gran Kermés en el Dia de San Roque» en la parroquia ubicada en Charlone 1866, con propuestas para toda la familia: puestos de comida, juegos, feria, música y espacios para compartir en comunidad.
Las calles del barrio de Villa Ortúzar se llenarán así de alegría y devoción, en un evento que busca unir a la comunidad ortucense en torno a la fe y la tradición.

¿Quién fue San Roque?
Se trata de uno de los grandes santos populares que suscita devoción en todo el mundo. La parroquia San Roque en la calle Plaza 1180 es emblema del barrio de Villa Ortúzar.
Segú la hagiografía (composición biográfica acerca de los santos) San Roque, nació en Montpellier en el 1300. Se dice que era hijo de los príncipes descendientes de la Casa Real Francesa y que su nacimiento fue gracias a un milagro de la Santa María Virgen, luego de una promesa de sus padres, ya que no podían tener hijos.

Más tarde quedó huérfano y vendió toda la herencia familiar para beneficiar a los pobres. Con la llegada de la peste negra, se fue de peregrinaje hacia Roma al servicio de los enfermos. Ya en la ciudad italiana de Aguapendente, quedó sorprendido por los estragos de la pandemia más devastadora de la historia. Allí visitó diversos hospitales acompañando a los más necesitados.
Al contraer la enfermedad, San Roque se “trasladó al bosque para no infectar a los vecinos de Piacenza”, según indica una de las versiones más extendidas de la vida de San Roque y reflejada en la ‘Acta Brevoria’. Durante su estadía en el medio de la arbolada, cada día recibía la visita de un perro que le llevaba un pan para alimentarse. La secuencia y la ofrenda se repitió día tras día.
El animal tomaba el pan de la mesa de su amo, un hombre bien acomodado llamado Gottardo Pallastrelli, quien después de ver la escena repetidamente, un día decidió seguir a su perro. De esta forma, llegó al bosque donde se encontró con San Roque moribundo. Inmediatamente decidió llevarlo a su casa y lo alimentó. El mismo Gottardo, después de escuchar las palabras del evangelio que le enseñó San Roque, decidió peregrinar como él.
Otras versiones populares afirman que fue el mismo perro quien curó a San Roque, después de lamerle la herida de su pierna varias veces, como se refleja en varias estampitas. Para algunos historiadores, el redactor de la “Acta brevoria” sería el mismo Gottardo. Una vez curado, decidió volver definitivamente a Montpellier para acompañar a los enfermos a los hospitales.
Otras versiones:
Otras versiones sostienen que, en el norte de Italia, en el pueblo Angera, a orillas del lago Maggiore, se negó a revelar su identidad porque quería evitar la gloria mundana, por lo que fue arrestado y tomado por espía disfrazado de peregrino. Moriría en prisión un 16 de agosto, entre los años 1376 y 1379, con 32 años.
Hay muchas versiones sobre su destino, en todas, su final es el mismo: murió en prisión. Así fue cómo Roque se convirtió en el santo patrono de los perros y de los enfermos, con multitud de rezos y oraciones a su figura.