Historia en las calles de Villa Ortúzar: ¿Quién fue Giribone?
Cuando recorremos Villa Ortúzar, hay calles que resultan emblemáticas o distintivas del barrio, a las cuales siempre nos remitimos para identificar tal o cual lugar, ese es el caso de Giribone.
Tal vez sea la particularidad de su nombre que nos alude a un apellido típicamente italiano, quizás se deba a que es una de las calles que más cuadras ocupa en el barrio, cruzándolo de punta a punta en la parte más ancha de su cuadrante. Lo cierto es que Giribone es una de las calles más reconocidas y debe su nombre a un personaje cuya singular historia hoy recordaremos.
Giribone es la continuación de la avenida Córdoba a partir de su intersección con Federico Lacroze. Pero propiamente en Villa Ortúzar, Giribone se extiende desde el límite Este en Av. Elcano hasta su finalización en el límite Oeste del barrio, en Av. Triunvirato.
Tiene la particularidad de cortarse en medio de su recorrido, a la altura de Av. Chorroarín, por lo cual nunca cruza Av. de los Incas, para continuar luego a partir de Mariano Acha. El primer nombre que recibió esta calle fue Del Fundador (¿en honor a Don Ortúzar?), pero a partir de 1904 comenzó a llamarse como hoy la conocemos.
¿Y Giribone era italiano?
Exactamente, como su apellido lo indica, José Giribone nació en las costas del mediterráneo en la ciudad de Savona, cerca de Génova en el reino de Piamonte, en el año 1824. En aquellos tiempos, la Italia que hoy conocemos aún no estaba unificada y vivía atravesada por tensiones políticas y partidarias sobre el futuro de aquel Estado en formación. Los conflictos llevaron a que muchos piamonteses emigrasen para evitar la persecución, tal fue el caso de Giribone y de un tal Garibaldi, futuro héroe de la unificación italiana.
Giribone que había estudiado música pero no pudo continuar su carrera en Savona, se exilió en Montevideo en el año 1843 junto a su joven esposa Rosa Peyrano y su hija María. El destino no fue casual y el sitio al que llegaba marcaría su destino: la ciudad oriental era la elegida por los exiliados italianos como punto de organización masón en la cual mantenían vivas las ideas contra la tiranía y a favor de la libertad por las cuales luchaban en Italia.
Asimismo, Montevideo era considerada un ejemplo de la defensa de estas ideas debido al sitio al que era sometida por el General Oribe, en el histórico conflicto oriental entre blancos y colorados.
A partir de esta situación, Giribone se alistó en la «Legión Italiana» organizada por Garibaldi para defender Montevideo, ocupando la particular función de director de banda para aprovechar sus dotes musicales. El sitio duró hasta 1851, año en el cual el general entrerriano y tan conocido en nuestra historia, Justo José de Urquiza, logró la rendición de Oribe en apoyo a los intereses federales de los colorados.
Fue en ese momento que Giribone se incorporó al Ejercito Grande de los federales argentinos y participó junto a Urquiza de la histórica batalla de Caseros en 1852, doblegando al gobierno de Juan Manuel de Rosas y constituyendo un nuevo poder político nacional. Giribone una vez más se hizo cargo de una banda de música, esta vez en Buenos Aires, a partir de su designación por Emilio Mitre, hermano menor de Bartolomé Mitre, con el cual había trabado una fuerte amistad.
Quisieron las vueltas de la historia que a partir del año 1853, a causa de la separación de Buenos Aires de la Confederación, Giribone defendiera la ciudad porteña durante las invasiones de sus antiguos aliados, los caudillos federales.
En esta etapa compone la marcha «El Tala», considerada una de las más bellas que hayan ejecutado las bandas militares argentinas y aún vigente. Dicha marcha la compuso en la batalla del mismo nombre en la cual las tropas del general Hornos vencen al ejército federal invasor de los coroneles Costa y Lagos, y la misma es un saludo a los generales y combatientes victoriosos de Buenos Aires.
Si bien «Pipo» Giribone, apodo con el que lo rebautizaron, gozó de mucha popularidad en territorio bonaerense por sus variadas interpretaciones con su banda de música militar y clásica, los elogios recibidos no coartaron su carrera militar. Participó de distintas batallas en la frontera indígena, y en otras contiendas como las conocidas Cepeda y Pavón, siempre como capitán de la «Legión Italiana».
Por su participación y sus logros, la legión fue renombrada en 1861 como «Voluntarios de la Libertad», y como tal fue llamada a combatir en la Guerra de la Triple Alianza en 1865. Giribone fue ascendido a teniente coronel y combatió en batallas como las de Yatay, Curupaytí y Tuyú-Cué, donde fue herido en combate por lanzas que le dieron muerte en el año 1868 a la edad de 43 años.
Como tantos militares de la historia nacional, Giribone fue simultáneamente protagonista y víctima de los vaivenes y ambigüedades de las facciones políticas del siglo XIX. No obstante, su recuerdo quedó inscripto en las marchas todavía interpretadas por las bandas militares argentinas y en una calle del barrio de Villa Ortúzar nombrada en su honor.