Las huellas del Hogar Obrero en Villa Ortúzar
En el límite del barrio se levantan tres emblemáticas edificaciones que hoy son parte de la identidad histórica y cultural del barrio y conservan la memoria de un proyecto colectivo que marcó una época. Desde sus fachadas centenarias, aún parece resonar la fe en un futuro de trabajo, comunidad y progreso.
Desde la cumbre del edificio ubicado en avenida Álvarez Thomas al 1300, la letras imprentas gigantes que escriben «EL HOGAR OBRERO» nos avisan que llegamos a Villa Ortúzar y al tiempo de los proyectos colectivos. En esa misma manzana, por avenida Elcano y por Giribone tenemos a sus dos edificios hermanos que constituyen el conglomerado levantado en etapas por la cooperativa El Hogar Obrero.

Construidas hace más de 70 años, las tres edificaciones conforman, junto a un pulmón de manzana verde compartido, el complejo habitacional que en la actualidad es símbolo de la variedad cultural y arquitectónica del barrio. Su estilo moderno que prioriza la higiene y la funcionalidad, sin mayores ornamentos pero con espacios amplios, terminaciones pulcras y simetrías geométricas bien marcadas, reflejan las tendencias en épocas de su construcción por la década de 1930.



¿Cómo fue el proyecto y la historia de su construcción?
El proyecto nació con la compra de los lotes en el año 1930 por la cooperativa El Hogar Obrero, con el fin de construir viviendas colectivas a bajo costo para los trabajadores asociados. La cooperativa ya había construido dos proyectos anteriores en Barracas y Balvanera, por lo que el de Villa Ortúzar significó el inicio del tercero.
A diferencia de las constructoras privadas y las inmobiliarias, la cooperativa creó hogares desde el punto de vista de bien de uso y no como mero bien mercantil, es decir, como producto de compra venta donde se busca generar una ganancia privada. Las viviendas colectivas partieron de la idea de movilidad social e integración comunitaria, con el fin de proveer a los trabajadores su propio techo o acceso a un departamento por un precio de alquiler muy económico.
Para la elección del proyecto se realizó un concurso donde participaron más de veinte profesionales. El proyecto que se erigió como ganador fue el presentado por los ingenieros civiles Carlos J. Franzetti y Andrés Justo, hijo del matrimonio de Juan Bautista Justo, fundador del Partido Socialista Argentino y de la propia cooperativa El Hogar Obrero, con Mariana Chertkoff Demirov, su primera esposa. El proyecto incluía tres etapas: 1) la edificación en el frente de Av. Álvarez Thomas, 2) la construcción en el lote con acceso a la calle Giribone, y 3) la obra en la Av. Elcano.
El 27 de julio de 1930 se inició la obra con una ceremonia de colocación de la piedra fundacional del edificio ubicado actualmente en Av. Álvarez Thomas 1326 (con locales comerciales en 1320 y 1330). Si bien los trabajos de construcción se demoraron hasta marzo de 1931, una vez empezados fueron a paso firme y contante para finalmente, el 8 de mayo de 1932, ser inaugurada la tercera casa colectiva, tal como destaca la inscripción conmemorativa a la entrada del edificio.
La segunda etapa del proyecto sobre la calle Giribone 1325, que constituyó la cuarta vivienda colectiva de El Hogar Obrero, también sufrió algunos años de retraso en busca de alcanzar la capitalización necesaria para su construcción. Finalmente la obra se inauguró el 14 de abril de 1940 y actualmente sigue en pie, compuesta de dos torres de nueve pisos.
La última y tercera etapa del complejo se realizó sobre la avenida Elcano 3665, siempre en la misma manzana. Se inauguró el 21 de diciembre de 1944 y significó la sexta vivienda colectiva, ya que El Hogar Obrero meses antes había inaugurado la quinta vivienda que fue el «Edificio Rochdale», ubicado en Owen 2931/7 y Rochdale 1134/38 en el barrio de Barracas. El edificio de Elcano se caracteriza por un frente más extenso y una altura menor debido a sus cuatro pisos.

¿Qué fue El Hogar Obrero?
El Hogar Obrero fue una cooperativa de vivienda inaugurada en 1905 por Juan B. Justo y Nicolás Repetto, miembros en aquel momento del Partido Socialista Argentino. En aquellos primeros años del siglo XX, la falta de techo digno para los trabajadores en aumento por la inmigración había redundado en la proliferación de conventillos y pensiones, con condiciones de higiene y hacinamiento lamentables.
A partir de la doctrina socialista que planteaba la búsqueda de soluciones por fuera del cobijo del Estado y de las empresas privadas, nace la cooperativa como iniciativa de auto-organización obrera en base al aporte cooperativo, la conciencia solidaria y la institucionalización formal, con la redacción de un estatuto y el impulso auto-suficiente a proyectos de construcción de viviendas.

En los primeros años la cooperativa otorgó préstamos a baja tasa para construir casas individuales, pero ya en 1913 edificó su primera casa colectiva, dándole entidad a su idea comunitaria y mayor eficiencia a sus iniciativas de obra. En ese mismo año, se sumó junto a la cooperativa de vivienda la rama de consumo, con el objetivo de ofrecer salida del circuito privado a la provisión de bienes y servicios, compitiendo con una alternativa cooperativa más económica. Esta sección de consumo fue la semilla para lo que décadas más tarde se conoció como las tiendas «Supercoop».
Aunque el proyecto de Juan B. Justo y demás fundadores socialistas había sido pensado a largo plazo, con el objetivo de refundar los principios del sistema de comercialización de vivienda, El Hogar Obrero no logró imponer su modelo pero sí permitió dar hogar a miles de trabajadores en base a los proyectos de casa colectiva. Además significó una verdadera opción frente al emprendimiento privado, con un crecimiento de su masa de asociados que llegó a ser de 3.000.000 de personas.

La cooperativa perduró durante 86 años, atravesando los vaivenes políticos y económicos de la Argentina con cierto éxito y logrando una etapa de apogeo en su sección de consumo entre las décadas de 1960 y 1970. Pero en 1991, luego de surfear la hiperinflación de 1989 y 1990 y lograr salir airoso en su último balance, el plan Bonex del gobierno de Carlos S. Menem fue un golpe fatal a la deteriorada base financiera del cooperativismo. La corrida cambiaria que generó la entrega de bonos gubernamentales a cobrar en diez años por los fondos ahorrados en los bancos, llevó a que los asociados retiren todos sus depósitos de la cooperativa, haciéndola entrar en cesación de pagos y falta de liquidez. La posterior convertibilidad no ayudó a su recuperación.
Sin embargo, el golpe no fue definitivo. Luego de batallas legales que implicaron concursos de acreedores y levantamientos de quiebra, en el año 2005 a un siglo de su fundación, El Hogar Obrero resurgió humildemente de sus cenizas e inició una lenta reconstrucción de su cooperativismo con emprendimientos en Paso del Rey y la recuperación de la marca Supercoop. Mientras, en Villa Ortúzar como en otros barrios de la Ciudad de Buenos Aires, quedan las moles de una visión del futuro que hoy nos deben seguir inspirando a pensar que otro camino es posible.
