Las organizaciones barriales se declaran en «emergencia» y piden modificar el Código Urbanístico
Las distintas agrupaciones nucleadas en la «Interbarrial Buenos Aires» emitieron un documento para coordinar acciones contra el avance de los negocios inmobiliarios y su consecuencia en los barrios.
Organizaciones barriales porteñas nucleadas en la Interbarrial Buenos Aires publicaron este lunes un documento conjunto en el que se declararon en «emergencia urbanística ambiental» y exigieron la «modificación inmediata» del (CUR) Código Urbanístico de la Ciudad aprobado en 2018.
Varias agrupaciones, como la de Villa Ortúzar, ya presentaron por separado proyectos de ley para modificar el CUR en sus barrios. Ahora buscan un cambio integral en la normativa para toda la ciudad ya que vienen denunciando hace tiempo la «proliferación desenfrenada» de construcciones habilitadas por la nueva norma.
En este sentido, publicaron al mismo tiempo en sus cuentas de Instagram una serie de fotos acompañadas del documento. La primera placa que se deja ver, sobre fondo rojo, anuncia en letras blancas: «Nos declaramos en estado de emergencia urbanística ambiental».
Además el colectivo de organizaciones vecinales, lanzado formalmente con esta comunicación, acompañaron el documento con un mapa de obras 2022 del Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo donde se puede apreciar la cantidad de construcciones que se llevan adelante en la Ciudad, diferenciados por metros cuadrados.
Participan de la Interbarrial los barrios porteños de Villa Ortúzar, Parque Chas, Villa Crespo y Chacarita de nuestra Comuna 15 como tambien Almagro, Bajo Belgrano, Boedo, Caballito, Coghlan, Balvanera, Flores, Núñez, Palermo, Saavedra, San Cristóbal, Villa del Parque y Villa Santa Rita. Según le informaron a este medio, seguían sumando adhesiones.
Desde la aprobación en 2018 del nuevo Código Urbanístico las organizaciones vienen denunciando cómo perjudica a cada barrio la nueva normativa, su identidad y el acceso a un hábitat saludable. En el texto enumeran seis «consecuencias» concretas que comparten en todos los barrios que conforman la Interbarrial.
En primer lugar, alertaron sobre el «aumento exponencial» de los volúmenes y de las alturas constructivas permitidas por la nueva normativa, y el avance sobre los pulmones de manzana, líneas de frente y de retiro. En segundo lugar, denunciaron la «proliferación desenfrenada de demoliciones y de construcciones que dañan viviendas y afectan la identidad de los barrios, y la calidad de vida de vecinos y vecinas».
Asimismo, advierten sobre la «ausencia de regulación estatal que deriva en la saturación de servicios públicos», entre los que se encuentran la electricidad, el gas, las cloacas, los estacionamientos, establecimientos de salud y escuelas. En este sentido, reclamaron contra «el estallido de la explotación comercial y la saturación de usos del suelo, el avance sobre los espacios verdes y la destrucción y pérdida del arbolado urbano necesarios para el medio ambiente, que disminuyen la ya insuficiente relación de metros cuadrados verdes por habitante».
«No se trata de una simple ‘percepción’. Alcanza con caminar cada uno de estos barrios para observar cómo desaparecen. Los desarrollos inmobiliarios actuales no resuelven la crisis habitacional, sino que aumentan la cantidad de unidades ociosas. Se fomentan explícitamente los alquileres temporarios, el blanqueo de capitales y la renta en dólares, sin políticas reales de acceso a la vivienda. De esta forma, la especulación financiera inmobiliaria avanza de acuerdo a intereses unilaterales», sostienen en el documento.
Por todo esto, la Interbarrial reclamó «la modificación inmediata del Código Urbanístico» con «la opinión vinculante de los habitantes». Mientras esto no ocurra, exigen «la suspensión inmediata de otorgamiento de permisos de demolición, de certificados urbanísticos y de permisos de obra nueva de más de cien metros cuadrados para construir edificios hasta revisar la norma vigente».
Cabe destacar que las agrupaciones de Nuñez y Belgrano, son las únicas, hasta ahora, que lograron la aprobación de sus proyectos en la Legislatura. En ambos casos se limitaron alturas o capacidades constructivas para zonas específicas de los barrios, como Lomas de Núñez.
Villa Ortúzar, Chacarita, Palermo y Villa del Parque también presentaron sus propios proyectos en el recinto para intentar modificar la normativa urbanística en sus barrios, sin ser debatidos en comisiones aún. En tanto, en las últimas semanas, vecinos y vecinas de Caballito, Boedo, Almagro y Balvanera comenzaron a reunirse para evaluar acciones a seguir ante las situaciones que atraviesan sus barrios.
Más allá de la suerte de cada barrio en particular, el documento unificado de la Interbarrial publicado apunta a una modificación integral del Código Urbanístico de la Ciudad de Buenos Aires.